miércoles, noviembre 29, 2017

Lauri García Dueñas / XI Linaje-Estirpe















Sábado 10 de agosto de agosto de 2013, aeropuerto de Nairobi, Kenya.

Está sujeto a su linaje: 
no le es dado, como a personas sin valor, 
darse gusto a sí mismo
Hamlet, William Shakespeare


Imágenes entrecortadas de diferente natura
largas horas de espera en la autopista del territorio que no cesa
trazos de un hombre
jirones en una habitación pequeña
más horas
cuántas horas son necesarias para decir
linaje
estirpe
y que el ideal de una belleza primitiva/repentina
se resquebraje hasta que un caballo negro muerda mi mano derecha
y me dibuje una herida con la forma de una mancha
que coincide
con las de las jirafas Masai
ayer.

Un charco de cosas cargándose sin conexión
sin relación
un atrincherarse a la Tierra porque era necesario
un temblor de aire
un temblor continuo
de esa sustancia blanda que algunos llaman alma
charco en el principio del esternón
enfermedades de otros                       no es mía la enfermedad
accidentes de otros                     no deseo mi propio accidente
los miles de kilómetros hicieron crecer el pozo
y provocaron el terror de que alguien remueva la prótesis del alfabeto
confirmo que la excesiva búsqueda de sentido ocasiona una irrupción insalvable en la traducción
no es mi enfermedad, repito
loading
lost in translation
solo mi estirpe que se conectó telúricamente con
el canto el baile los siglos
el rechazo
el tiempo se distorsionó y las niñas que escucharon palabras en otra lengua confesaron -sin cabellos- el arrebato ante el código
olor a engrudo           siglos de no oler (eso)
que ya no nos pertenece
ese diferente sudor ácido lo invade todo alrededor
estirpe linaje
susurro quedamente
imposibilidad/ cierta tristeza por las fiestas de los familiares olvidados
el dorado de los pastizales
la sabana           la montaña las piedras las moscas que taladraron la paciencia y las curvas
a la vista del felino arde el estómago de esos-siglos
todo desaparece
se desvía el lenguaje ante ese felino a secas en la hojarasca prodigando manchas (usted)
ver un animal salvaje es ahorcar la tuerca de un conocimiento a medias
conocimiento empapado en ese olor incomprensible
en ese tiempo y abandono al que fuimos sometidos
pero
los niños dijeron adiós con la mano a la orilla de las carreteras
las mujeres crecieron del asfalto en fotogramas de colores
las bicicletas pidieron perdón por la falta de agua
el pozo fue la alegría de los poblados rumbo a la ciudad
el cielo se desplomó en su tibieza deslucida
bailé con ese fuego antiguo que me devino rastrojo
(palmas que se zurcen)
¿el zurcido del sexo?
la oscuridad desde dentro con la distancia y el anonimato zumbando en el Dados Hotel subrayó la fortuna
y si alguien me dio la luz
y si no sé para qué
tal vez he de apretar mandíbulas
y sobre las cenizas de una terminal intercontinental
clavar a la tierra el flujo sanguíneo que palpita
aún frente al lago ennegrecido
aún a pesar de las maldiciones y peces muertos
porque la sangre del linaje y la estirpe
quedará intacta aun cuando termine
este doloroso desplazamiento
al que me entregué con la vehemencia que una se entrega a un desconocido.

Lauri García Dueñas (San Salvador, 1980), Periódico de Poesía, UNAM, n° 103, octubre de 2017

Ref.:
Skribalia
El Faro
Festival de Poesía de Medellín
Festival Poesía y Movimiento
Analecta Literaria


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